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jueves, 6 de diciembre de 2012

MANUSCRITOS DE JULES VERNE



Cuando algún envidioso malediciente corrió el bulo por Italia de que Julio Verne no existía, que era un seudónimo colectivo de una verdadera “factoría” de escritores sin firma – “negros”- que publicaban novelas de aventuras a razón de una por año, uno de los lectores entusiastas de Verne de ese país, el también escritor Edmundo de Amicis, viajó a la ciudad de Amiens con sus hijos para conocer al escritor galo y descubrir su metodología de trabajo. Esto ocurrió el 20 de octubre de 1895. Amicis no sólo comprobó que en la gaveta del buró del escritor descansaban las novelas manuscritas recientemente, sino que escribía dos por año pero entregaba sólo una al editor, ya que tenía entre 2 y 3 años de adelanto con respecto a las fechas de entrega de su contrato con Hetzel. Verne tenía entonces 67 años, pero seguía fiel a sus horarios de trabajo cuando no tenía que viajar o navegar con su velero, es decir, que se acostaba como las gallinas, a las 20 horas y se levantaba a las 4 de la madrugada para escribir hasta el mediodía.

Partida de nacimiento de Jules Verne

Pocos fueron los periodistas que visitaron a Verne en su casa, pero los que lo hicieron, también nos hablan de cajas y cajas repletas de hojas manuscritas con todo tipo de datos y documentación minuciosamente recogida por el escritor. Sabemos que Verne, antes de morir, quemó mucha de esa documentación y correspondencia, pero se encontraron varias decenas de miles de fichas con todo tipo de datos geográficos, científicos, astronómicos…, y criptogramas, claves, crucigramas y juegos que nos descubren a un verdadero enigmista. Y todo ello estaba escrito con esa particular y endiablada caligrafía de Verne. El amigo Piero Gondolo della Riva, en una comunicación telefónica, recuerdo que me dijo –él que tuvo la suerte de trabajar con manuscritos originales- que la letra de Verne era muy difícil de leer. En fin, que los millones y millones y caracteres que este verdadero grafómano dejó escritos demuestran que fue él, y nada más que él, quién escribió sus libros, eso no fue óbice para que en algunas ocasiones contara con algún colaborador, como en el caso de los guiones de las novelas que se llevaron al teatro, o que algunos libros -comentado aquí el caso de Pascal Grosset- se basaran en manuscritos anteriores, por no citar las novelas terminadas o modificadas por su hijo Michel, ya póstumamente. A veces pienso que hubiera hecho Julio Verne con los modernos procesadores de textos de nuestras computadoras… aquí les dejo con unas imágenes de manuscritos vernianos.

© Javier Coria


Cher Monsieur,

Au moment où je vous écris ces quelques lignes, je me trouve précisément à Kansas-City, - en imagination -, et à propos d'un prochain roman qui aura tout le territoire des Etats-Unis pour théâtre.

Recevez les compliments de nouvelle année de votre... Jules Verne.


No conocemos el destinatario de esta misiva escrita por Verne desde Kansas. Esta fechada el 29 de diciembre de 1892. En 1899 Verne publicó uno de sus novelas más imaginativas,  El testamento de un excéntrico, que precisamente transcurre en EE.UU, donde un multimillonario deja su fortuna al ganador de una especie de juego de la oca cuyo tablero real es el mapa de ese país.


Dedicatoria a “Monsieur Fernand Pothonier” con una cita de La Fontaine, fechada en 1896, y que aparece en una edición de la Isla Hélice. Dicho ejemplar autografiado por el autor está valorado en 4.000 €


Manuscrito del cuento humorístico e irónico El matrimonio del señor Anselmo de los Tilos

Firma de Jules Verne

Lo que sigue son manuscritos de algunas novelas de la serie Viajes Extraordinarios.

Hector Servadac

La Casa de Vapor

La Isla Misteriosa

Viaje a la Luna

Viaje a la Luna

Para consultar manuscritos de Jules Verne, aquí tienen un enlace al Museo Municipal de Nantes

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